Una copa más y ya

Melanie entro a la taberna saludando a Rachel, la dueña del negocio, asintiendo la cabeza y sonriendo ligeramente, el trabajo cada vez se volvía mas pesado y la poca cantidad de gente en la guardia de la ciudad no ayudaba, había que correr de un lado a otro de la ciudad para calmar disturbios, los cuales cada vez se volvían mas violentos.

- Un néctar de las sirenas por favor... - Melanie se sentó en la barra, después de acomodar su espada para que no le estorbara a quien se sentara a un lado o a ella misma.

"¿Otro día pesado, Mel?" Rachel dejo el vaso de cerveza frente a Melanie, ella solía hacer eso, en lugar de darle un tarro le servía en vasos, tal vez intentaba que Melanie no se viera tan... ruda.

- Que si no... Hoy un par de bribones recorrieron la ciudad causando disturbios, tuve que ir tras de ellos y cuando ya los había atrapado eran un par de chiquillos que se creían muy listos. Lo bueno es que se llevaron una buena reprimenda de parte de sus padres - contesto Melanie después de darle un trago a la cerveza, la cual de una forma extraña no era tan amarga como la cerveza común y corriente, por ello siempre pedía la especialidad de la casa.

((Rol libre, quien guste entrar, acercarse a Melanie, hablar con Rachel o armar una pelea, mientras sea rol, mucho mejor!!))

"-¡Una ronda para todos, y que cada cual se pague lo suyo! -grite alegre mientras entraba en el gallo sonambulo, casi echando abajo la puerta.

Y es que realmente estaba alegre: "Habia seguido a un tipo sospechoso tooda la mañana y mitad de la tarde, porque olia a persona sospechosa (y a azafran), y acabe siguiendolo hasta una casa de la plaza central. Entonces, accidentalmente, pare una pelota con la que estuvieron jugando unos chiquillos de la zona y el sospechoso, al verme, se puso tan nervioso que se comio la llave que abria la puerta a su guarida malefica, asi que no me quedo mas remedio que cogerlo y usarlo de ariete para abrir la puerta. En el interior de la casa encontre un criadero de cabestros ilegal, a los cuales se les daba de beber cafe solo para tenerlos como locomotoras, y luego revenderlos a agencias de turismo para que los usasen en sus carretas. Pero claor, El crimiinal no trabajaba solo, y dentro de la casa me encontre a su banda, de unos 4 hombres, que pronto corrieron a por sus armas. Y me parecio que la mejor forma de darle mas emocion a la situacion era cortar las telas de las jaulas de los cabestros, y tener un duelo a muerte contra esos 4 bandidos en un espacio cerrado rodeados de cabestros cafeinomanos. ¡Que gloriosa pelea! ¡Aunque por desgracia no murio nadie! De hecho no entiendo como aquellos tipos pudieron sucumbir tna facil al ataque de una avalancha o dos de cabestros...¡Como se nota que nosotros, las chicas de la milicia, estamos hechos de otra pasta! De hecho, aunque se movian mucho, luego pude llevar al cuartelillo a esa banda de 4 en uan mano mientras con la otra conducia al rebaño, que me las arregle para sujetar los unos a los otros por la cornamenta. Pero mi jefe, que ya sabeis como es, no paraba de gritarme que estaba peor que los cabestros del rebaño, y que no era lugar para los bichos, y que no los soltase por ahi y...bueno, que lo mejor que pude hacer fue no contarle que por el camino se me habian escapado como una docena de ellos ya, pero supongo que ya se dara cuenta...."

Esa fue, a grandes rasgos, la explicacion que dio la joven sargento para su desaliñado aspecto, como recien salida de uan lavadora llena de polvo. Sin embargo tenia una gran sonrisa, como una media luna. Se sento al lado de su subordinada, saludandola efusivamente mientras le rodeaba el hombro, como brindando con elal en medio de una fiesta:

-¡Por las buenas broncas, que no dejen de alegrarnos nunca el dia! -exclamo Mica, mientras tomaba la primera jarra que vio y la elevo al aire como brindando, dejandola luego en su sitio al descubrir con cierto disgusto que era cerveza y no un refresco de soda..."

(Bueno, todavía no tengo la ficha aprobada, pero en cualquiera de los casos, a nivel rol no creo que influya demasiado... Si incumplo alguna norma, simplemente ignoradme ^^u)

Louie llevaba un buen rato ya en la posada, babeando por Rachel. Sus miradas indecentes al escote de la camarera no pasaban desapercibidas por nadie, al igual que el tono rosado que habían adquirido sus mejillas tras la novena o décima ronda. Sonrió, con una alegría en parte infundida por los efectos del alcohol.

Se rascó la barba de tres o cuatro días que tenía y agarró una copa de la barra, entrechocándola con la gente que clamaba alegres por el grito de Mica. Claro que en realidad, eran solo dos o tres los que aplaudían el gesto de Mica, pero en su estado, le parecían bastantes más, todo un clamor popular. Apuró casi toda la jarra de un trago antes de dejarla ruidosamente sobre la mesa, limpiándose la barba alrededor de la boca con la manga de la túnica.

-¡Bien dicho, sí señora! - su propia voz le sonaba algo extraña, aunque realmente era la misma de siempre. Se acercó con dos gráciles zancadas a Mica y le pasó el brazo por el hombro, olvidándose por completo del escote de Rachel para centrarse en el de Mica, con la vista privilegiada que le ororgaban sus varios centímetros de altura más -. ¡Disfrutemos de la bebida! ¡Que la vida es lo suficientemente corta como para no aprovecharla!

Louie sabía aquello muy bien. No habían sido pocas las víctimas a las que, antes de asestar el golpe de gracia, había dejado beber un caro licor o disfrutar de una última noche con sus amantes o sus esposas, o incluso les había pagado una cortesana. Hubiera sido muy triste que hubieran dejado de estar entre los vivos sin disfrutar de un último placer...

-¡Rachel! ¡Las siguientes rondas de esta bella señorita corren de mi cuenta!

- ¡Venga! - Melanie casi grito al escuchar las buenas noticias que daba Mica, una nueva ronda para todos, y ella como buena invitada tome el nuevo vaso que Rachel le había servido, tomandolo rapidamente como si la noche se fuera a acabar.

Ella no dijo nada mas, cuando se dio cuenta que la Sargento estaba explicando las noticias del día, si que ella tambien lo habia tenido dificil pero de menos se había enfrentado a ellos, Melanie solo había estado corriendo detras de chiquillos malcriados. Ella suspiro y se tomo lo que quedaba de nectar de las sirenas en su vaso.

- ¿Sargento, porque esa cara, acaso no le gustan las bebidas de Rachel? - pregunto Lucille, sonriendo estaba claro que le gustaba bromear con la sargento, en especial desde que la Sargento le gustaba gastarle bromas a Melanie. Mel, miro a Rachel unos segundos, esperando que dijera algo, pero ella solo nos miro y siguio sirviendo tarros de cerveza.

Mel volvio a acercarle el vaso a Rachel y espero que esta volviera a llenarlo, una vez que estaba listo Melanie tomando del vaso giro hacia donde estaba Mica, para encontrarsela abrazada por un chico bastante alto con un brazo sobre sus hombros.

"-¡Bien dicho, sí señora! ¡Disfrutemos de la bebida! ¡Que la vida es lo suficientemente corta como para no aprovecharla! ¡Rachel! ¡Las siguientes rondas de esta bella señorita corren de mi cuenta!" Melanie miro a Rachel con una expresion de sorpresa... ese desconocido tambien le trataba de Rachel. Ella volvio su mirada a Mica, esperando una reaccion de esta, en especial cuando la mirada del sujeto estaba posada en su escote, el cual iba proporcionado con el resto del cuerpo.

Melanie dejo el vaso sobre la barra, y asintio con la cabeza hacia Rachel, era de esperarse una reaccion bastante violenta.