·Nombre: John Winston
·Edad: 18 años
·Género: hombre
·Clase: alquimista
·Estatus social: villano
·Nivel: 1
·Stats:
-Ataque físico: 0
-Defensa física: 2
-Ataque mágico: 2
-Defensa mágica: 3
-Curación: 0
-Iniciativa: 2
-Sigilo: 0
-Percepción: 1
-PV: 10
·Objetos: una daga de nivel 1.
·Dinero: 20 drakens.
·Descripción física:
John es un joven de poca estatura y complexión escuchimizada. Su cabello, que lleva corto y no siempre peinado, es de color rojo cobrizo; su tez es blanca y sus ojos son oscuros. Los rasgos de su cara son poco llamativos, más bien insignificantes, y siendo como es poco expresivo no llama de él la atención más que su pelo. Su voz tiene poco volumen y registro de tenor; habla con frecuencia en siseos o susurros.
Sus vestiduras suelen ser sencillas: un pantalón, una camisa y una chaqueta, y gorro y bufanda si el tiempo los requiere.
·Personalidad:
Es poco hablador, y mayormente prefiere mantenerse aparte en una conversación antes que participar abiertamente. No le disgusta, sin embargo, llamar la atención, y siente una secreta necesidad por que sus méritos sean reconocidos; en ocasiones, más de lo recomendable. Es serio, trabajador y organizado, y se toma trabajo, estudios y órdenes muy al pie de la letra. Le fascinan los ingenios mecánicos y la construcción de máquinas y edificios; y su mayor afición es la lectura.
·Biografía:
Nació en una aldea de Shadow Rock; es hijo de comerciantes acomodados y el menor de tres hermanos por varios años. Su vida transcurrió con absoluta normalidad hasta los dieciséis años, cuando un día su padre desapareció; se dijo en la villa que había sido secuestrado, o asesinado, ya que varias personas afirmaban haberlo visto en circunstancias extrañas el día de su desaparición. Gracias a los charlatanes del pueblo y a su gusto por las habladurías, los rumores siguieron rodando y rodando, haciéndose cada vez más extraordinarios y magnificentes; hasta el momento en que cada persona en la aldea decía una cosa distinta, y resultaba casi imposible distinguir la verdad de la mentira en lo que contaban, excepto en algunos casos en los que las habladurías llegaban a parecer más ciencia ficción que el relato de un hecho criminal.
Por su parte, la madre de John fue a la ciudad varias veces, intentando primero conseguir la ayuda de la milicia y después ayudar y presionar la investigación. En gran parte de esos viajes se llevó consigo a John; estas fueron las primeras veces que el joven tuvo contacto con la ciudad. El caso se resolvió tras poco tiempo, cuando se encontró el cuerpo del señor Winston; la milicia dictaminó que había sido asesinado, probablemente por un asunto de faldas, y señaló como culpables a unos vecinos del pueblo.
La señora Winston quedó muy apenada, pero encajó el golpe con entereza; especialmente cuando se comprobó la parte del asunto de faldas. Poco después, y con la intención de quedarse sola y tranquila cuanto antes mejor, envió a John – al que le habían dicho que tenía talento para la magia – a Athion, a casa de su tía Amelia Winston, para que ingresara en el famoso Gremio de Magos.