- Aah, señor, señor...
Otro sábado más, Night se había escaqueado de sus obligaciones e iba andando feliz por la calle principal, con las manos metidas en los bolsillos y hablando consigo mismo. Había pasado en la escuela todos los sábados desde la tierna edad de seis años hasta hacía poco - en todo caso, menos de lo que pudiera parecer - , y eso lo había traumatizado lo suficiente como para encontrar siempre una excusa medianamente coherente cuando el deber lo llamaba en susodicho día... es decir, todas las semanas.
- Bien, ¿a dónde debería ir ahora? -se preguntó, deteniéndose en una esquina. El Guantelete Bebido lo tentaba, pero la plaza central también, al igual que ir a coger la cinta métrica y hacer preparativos para la próxima investigación del EIC. Aunque eso podía considerarse trabajo... pero el trabajo hecho cuando no debe hacerse también puede ser un placer.
Incapaz de decidirse, echó a andar de nuevo, por si el destino decidía por él antes del final de la calle. Iba ligeramente embobado, y como es natural en una calle tan llena de gente no tardó en chocar con alguien; se tambaleó y casi cayó al suelo, pero consiguió mantener el equilibrio. Entonces observó el otro; había chocado con un joven de cabello blanco y ojos verdes, muy elegantemente vestido. Aún en su mundo, lo contempló por un momento sin expresión, hasta que finalmente esbozó una sonrisa traviesa.
- Vaya, lo siento; ha sido culpa mía -se disculpó- . Es cosa del parche, me quita campo de visión. Espero no haberte hecho daño...